El pasado día 13 de
noviembre, se celebró la jornada número cuatro del círculo de conferencias ‘New
Paper’ en la Facultad de Ciencias de la Información presentando al corresponsal
destinado en Asia del periódico EL MUNDO, David Jiménez que acompañado del Director
de Desarrollo de este medio informativo, Fernando Mas y de los profesores
Rafael Díaz Arias y Arturo Gómez Quijano, pusieron en común la labor de dicho
profesional acercándonos así a la realidad que viven los corresponsales fuera
de España.
David Jiménez (1971) actualmente
es considerado uno de los mejores corresponsales en la historia del periodismo
español, se le ha comparado con el Kapuściński español. Nos contó que siendo
redactor del diario EL MUNDO, decidió irse en 1998 a Hong-Kong, el único lugar
donde no había corresponsales y renunció a su contrato, al seguro y a su
sueldo, pues quería estar lo más lejos posible de sus jefes que estaban
haciendo del Periodismo una profesión de pesimistas, cuenta.
Escribe libros para hacernos
un homenaje a los que estamos empezando en este mundillo, para que la esencia
del Periodismo siga vivo y así podemos verlo en Hijos del Monzón, El Botones de Kabul y El lugar más feliz del mundo. De éste último nos contó varias
anécdotas que también podemos leer en su Blog personal: http://davidjimenezblog.com/
.
A la pregunta de si tienen
futuro los corresponsales, nos contestó que el corresponsal sigue siendo
imprescindible, que muchas veces son la esencia del Periodismo pues es
fundamental ir al lugar de la noticia y hablar con la gente que prestan sus
historias para contarlas. Contó que una vez estando todavía en la redacción, un
compañero con sólo hacer dos llamadas de teléfono, ya tenía montada la noticia,
todo desde su mesa y esto para él no es hacer buen periodismo. En cuanto a cómo
es el trabajo de un corresponsal en la actualidad ya sea de guerra o estando
simplemente en otro país, podemos definirlo como imprevisible. Centrándonos en
el Periodismo de guerra, sabemos que éste tiene mayor riesgo pues te estás
jugando tu propia vida por contar cómo otras personas la están perdiendo. Hay
que estar concienciado de que puedes morir informando.
Las noticias aparecen a lo
largo del día y hay que asumir que el trabajo de corresponsal es como un 24h,
hay que estar siempre disponible para acudir al lugar del suceso y no hay un
horario fijo. Yo lo definiría como la no-rutina. Además hay una serie de
elementos fundamentales para ser un buen corresponsal: Hay que ir al lugar de
los hechos, hablar con la gente. Implicarte. No reflejar emotividad sino la
realidad que estás viendo y trasmitirlo. Y por supuesto, tú nunca eres el
protagonista. También es una característica de los corresponsales, el regreso;
volver al sitio del que contaste una historia y ver cómo ha cambiado. Por
ejemplo la historia que cuenta David Jiménez en su último libro sobre el
poblado prostíbulo en Camboya. La diferencia está en que actualmente, los
corresponsales disponen de internet que facilita totalmente su trabajo
comparado con la forma de informar de hace unos años atrás.
Me parece oportuno hacer un pequeño recorrido histórico
de algunos de los corresponsales fallecidos ejerciendo su profesión a lo largo
de la historia reciente del Periodismo español: El
22 de marzo de 1980, el sacerdote y periodista español Luis Espinal es
torturado y asesinado por paramilitares en un suburbio de La Paz (Bolivia). El
22 de diciembre de 1989, el fotógrafo español del diario 'El País' Juan Antonio Rodríguez es
abatido a tiros en Panamá por soldados norteamericanos. El 17 de mayo de 1992, el fotógrafo Jordi Pujol Puente, que cubría el
conflicto bélico en la antigua Yugoslavia al estallar una granada al paso del
vehículo que ocupaba. El 19 de noviembre de 2001, el enviado especial a
Afganistán del diario EL MUNDO Julio
Fuentes, muere tras el ataque que sufrió una caravana de periodistas. El
7 de abril de 2003 Julio Anguita Parrado,
uno de los cuatro corresponsales del diario EL MUNDO en la guerra de Irak. El 8
de abril de 2003, el cámara de Telecinco José Couso fallece a causa de las heridas provocadas por el
ataque de un tanque de EEUU al hotel 'Palestina' de Bagdad, en el que se
alojaba la mayoría de los periodistas internacionales que cubrían la información
de la guerra en Irak. El 7 de marzo de 2004, el periodista de Antena 3 Ricardo Ortega.
El corresponsal acabó el acto afirmando: “Para ser un buen Periodista, hay que ser una buena persona”. Y con esto, como conclusión y reflexión puedo decir que me ha parecido un muy interesante la experiencia de este señor y que nos sirve para aprender a ejercer bien nuestra futura profesión y además conocer cómo es este trabajo en otros países.
Rocío Robledo Frutos.
Conferencia sobre Historia del Periodismo Español.